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sábado, 9 de julio de 2011

Los medios y la opinión pública

En el mundo actual, en que los medios de comunicación buscan encaminar la opinión pública, su santidad Benedicto XVI emite esta reflexión ante los 150 años del “l’osservatore romano”, diario oficial de la Santa Sede : “Nadie puede informar sobre todo. Incluso los medios más universalistas, por así decir, no pueden decir todo; es imposible. Siempre es necesaria una elección, un discernimiento. Y por ello, en la presentación de los hechos es decisivo el criterio de selección: nunca existe el hecho puro, siempre hay una opción que determina qué aparece y qué no aparece. Y sabemos bien que actualmente en muchos órganos de la opinión pública las elecciones de las prioridades a menudo son muy discutibles”.


El santo padre vuelve a ser muy claro y preciso en sus comentarios, deja a las personas que leen un cristal, una lupa de discernimiento para que vean que toda verdad escrita en los medios de comunicación ha pasado por el tamiz de conocimiento, sabiduría e inteligencia del redactor. Esta verdad desde ya no es absoluta, requiere siempre del apetito por la investigación que el hombre debe poner de su lado.


Los hombres somos seres culturales, nos alimentamos del conocimiento que día a día llega a nuestras vidas a través de los sentidos. Este conocimiento es poco profundo y levemente reflexivo, más aún si llega a través de slogans o frases musicales. Otras veces, el conocimiento nos invita a profundizar más y buscamos rápidamente la información que se tiene a mano, información también insuficiente y que necesita de un experto que la encamine. Y muy pocas veces nos toca ser los expertos y tenemos que elaborar esta información analizando los efectos y las causas que produjeron el fenómeno. Es por eso, que tenemos que confiar nuevamente en los medios y aquí aparece la dimensión caritativa de las personas que elaboran la información: la veracidad y su sublime esplendor.


Un periodista o comunicador, está llamado por amor a su prójimo, a hablar y escribir con la verdad. Su compromiso sublime es ése precisamente. Sus lectores, asientan en cada palabra y en cada frase, los cimientos de su discernimiento y los peldaños de la sabía decisión que tomarán en torno al mundo que los rodea. Creo yo que en el oficio de escribir, el periodista realiza grandes milagros cuando lleva al lector a tomar acciones creativas y justas.