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martes, 18 de octubre de 2011

Pedro Dalcón y su Cristo de los Milagros

Pedro Dalcón "Benito", un hombre simple, de la cofradía de Pachacamilla, procedente de Angola pinto al Cristo por su puro e inquebrantable fe y amor al crucificado.
Gracias Benito por que cada vez que contemplo la imagen veo a Cristo en el momento de su mayor entrega, en su más grande manifestación de amor, en su sacrificio de cruz.
Contemplo a la virgen dolorosa, de pie junto a la cruz con la profética espada atravezándole el alma, viendo a su hijo y recibiendo el encargo sublime de ser nuestra madre.
Contemplo a Maria Magdalena, que con su llanto intenta limpiar en tus llagas nuestros pecados y calmar los dolores que nuestros actos causamos.
Contemplo a los astros y a la naturaleza, doliente, reclamando a gritos la partida del Cristo, del único, del nombre sobre todo nombre.
Contemplo al Padre amoroso que recibe al hijo en su última hora , perdona nuestra humanidad pecadora y nos libera.
Contemplo al Espíritu Santo presente con nosotros siempre e iluminando esa tarde oscura con su esperanza y sabiduria eterna.
Pedro Dalcón, cuando tus manos nos regalaron esta imagen, nos diste la lección más grande de lo que es el amor. Los colores de tus pinceles lo pintaron. Dibujaste al amor mismo sobre la tierra. El Señor de los Milagros quizo nacer en tu corazón y ahí nació el primero de sus milagros. En un corazon que conoció el dolor de la esclavitud, pero que nos regaló la mejor representación de la libertad. Gracias Pedro Dalcón, gracias buen Benito.