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domingo, 10 de abril de 2011

La escritura de Dios

Hoy día enciendo el televisor y en RTE encuentro un documental sobre el pueblo de Palencia. En esta presentan dos esculturas misticamente relacionadas. Las dos trasmiten el mensaje de un Dios hombre, que yace doliente por el oprobio del pecado, del cual nos vino a salvar y luego se impone victorioso, misericorde y tierno; dispuesto a imponer sus manos sobre el visitante para decirle ¡Estoy vivo y te quiero!... ¡Déjame imponer mis manos sobre tu herida!...¡Yo creo en ti pese a todo!...
No conozco Palencia, pero leo en su arte un mensaje de Dios. Él nos hace saber en el Cristo de las claras y en el de Victorio Macho que está vivo, que nos ama, nos perdona y nos cura; que su amor triunfará siempre sobre la muerte y el dolor. Pero cuántas veces dios escribe su mensaje así: en Rio de Janeiro se impone resucitado con los brazos abiertos y extendidos sobre las favelas para recordar al carioca que la felicidad que él entrega no es efímera como el fastuoso carnaval. En Lima, recorriendo las casas y barrios en octubre con su imagen crucificada dando un sentido al dolor humano y a la penitencia. En Yungay, como Cristo Salvador resucitado, consolando al pueblo doliente luego de la tragedia del terremoto, brindando esperanza al pueblo dolido del Callejon de Huaylas.
Y en Tepeyac, el Cristo se hace aún más imponente, pero imperceptible. No destaca en ninguna imagen pues aún no la tiene. Él se manifiesta a traves de su madre, de nuestra señora, como la virgen en estado de gestación. Que figura más dulce y tierna, que mensaje más profundo. La Guadalupana se impone esta vez como la guardiana del Dios que está por nacer. Un profundo mensaje a nuestros pueblos que está escrito en las palabras con que Dios nos hace ver sus designios.
Yo en este blog, los invito a que me hagan saber cómo la escritura de Dios se hace visible en su pueblo.

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